Faro es una ciudad acogedora que cuenta con un puerto deportivo, parques y plazas muy bien cuidados. Su casco antiguo está lleno de vías peatonales y cafés con terrazas. Además del turismo, en Faro se desarrollan actividades económicas como la pesca, principalmente del atún, la industria conservera y la exportación de frutos y corcho.
El cruce de las plazas Ferreira Almeida, Libertad y Francisco Gomes forman el conjunto de calles peatonales donde se encuentran los principales comercios y entidades financieras de Faro.
Es muy agradable pasear y callejear por las calles Vasco de Gama, Santo Antonio, o cualquier placita que te vas encontrando a cada paso. Relajarte y tomar algo en cualquier terraza de los diferentes restaurantes o cafeterías es una buena forma para descansar y probar la gastronomía del lugar.
Para conocer Faro tienes que adentrarte en su casco histórico. El Arco da Vila da acceso a la parte vieja de la ciudad conocida como Vila Adentro:
Una vez dentro de la Vila Adentro, te encuentras con una puerta árabe del S. XI, el arco de cerradura más antiguo de Portugal y que servía de entrada a las murallas para quienes llegaban por mar.
A partir de aquí, con cada paso que des por sus calles o rincones, tendrás la sensación que te transportas a otro tiempo. La primera parada obligada es la plaza Largo da Sé, presidida por la estatua del Obispo Francisco Gomes do Avelar:
El cruce de las plazas Ferreira Almeida, Libertad y Francisco Gomes forman el conjunto de calles peatonales donde se encuentran los principales comercios y entidades financieras de Faro.
Es muy agradable pasear y callejear por las calles Vasco de Gama, Santo Antonio, o cualquier placita que te vas encontrando a cada paso. Relajarte y tomar algo en cualquier terraza de los diferentes restaurantes o cafeterías es una buena forma para descansar y probar la gastronomía del lugar.
Para conocer Faro tienes que adentrarte en su casco histórico. El Arco da Vila da acceso a la parte vieja de la ciudad conocida como Vila Adentro:
A partir de aquí, con cada paso que des por sus calles o rincones, tendrás la sensación que te transportas a otro tiempo. La primera parada obligada es la plaza Largo da Sé, presidida por la estatua del Obispo Francisco Gomes do Avelar:
En esta plaza te encuentras con:
Sé Catedral (Catedral de la Sé)
También conocida como la Iglesia de Santa María. Fue mandada a construir, sobre los restos de una mezquita musulmana, por Alfonso III tras la reconquista cristiana en 1251.
La Catedral tiene una gran variedad de estilos: gótico, renacentista y barroco. En el interior se puede apreciar un magnífico conjunto de retablos y un órgano barroco rojo de madera. Fue reconstruida en dos ocasiones, debido a los terremotos de 1722 y 1755. De su iglesia primitiva tan solo queda en pie la imponente torre de la entrada, cuya tercera planta, aparentemente en ruinas, nunca fue restaurada.
Se puede subir a lo alto de su torre medieval para disfrutar de las vistas panorámicas de la ciudad amurallada.
El Paço Episcopal (Palacio Episcopal):
Construido entre los siglos XVI y XVII, es un edificio de dos plantas reconstruido y ampliado después del terremoto de 1755. En su interior, se destaca el revestimiento con azulejos del siglo XVIII del vestíbulo, la escalera y los salones. También cuenta con una biblioteca de la época barroca.
Y la Câmara Municipal (Ayuntamiento):
Pero sigamos nuestro camino...Pasando por una callejuela estrecha, y dejando atrás la plaza Largo da Sé, llegas a la Praça de Alfonso III con la estatuta en bronce del rey:
Justo detrás de la estatua del rey Alfonso III, te encuentras con el Museo Arqueológico o Museu Municipal, instaurado en uno de los edificios más antiguos de Faro (S. XVI). Instalado en el Convento de Nossa Senhora da Asunçäo, de estilo renacentista, ubicado en el antiguo barrio judío de la ciudad. Consta de varias salas, empiezas por la época del paleolítico, y vas pasando por la época romana, musulmana y cristiana.
Continuamos el paseo por la historia de Faro y cruzamos por el Arco do Repuso, otra de las puertas del casco antiguo:
Fue una de las puertas árabes que daba acceso a las murallas medievales. Llamada así por la conquista cristiana de la ciudad y está asociada a dos leyendas: una de ellas dice que el rey D. Alfonso III, tras la conquista de la ciudad, es donde se detuvo para descansar y escuchar música. Otra leyenda cuenta que la hija del gobernador se enamoró de un joven caballero del ejército cristiano, cuando llegó a oídos del padre del enamoramiento, mandó a hechizar al joven cristiano y es en este lugar donde descansa.
Dentro se hizo construir en el S. XVIII, bajo la orden de la reina Mariana, una capilla que alberga la estatua de Nuestra Señora del Reposo.
Ya fuera de las murallas, paseas por una ciudad diferente, renovada después del terremoto de 1755.
Iglesia do Carmo
Impresionante templo barroco construido a principios del S. XVIII, durante el reinado de Joäo V, cuya construcción fue financiada y decorada en su interior con oro brasileño.
La fachada fue terminada después del terremoto de 1755. Detrás de la iglesia, cerca de un antiguo cementerio, se encuentra la Capela dos Ossos (Capilla de los Huesos), construida con huesos y calaveras de más de mil monjes, como recordatorio siniestro de la mortalidad.
Encima de la puerta hay una inscripción que dice: "Pára aquí a considerar que a este estado hás-de chegar".
Teatro Lethes
Su construcción se remonta al año 1605 como Colegio de la Compañía de Jesús, hasta que los Jesuítas fueron expulsados en 1759.
En 1843, tras la implantación del Liberalismo, el edificio fue adquirido en una subasta por el médico italiano Lázaro Doglioni, con la intención de convertirlo en teatro. Una vez restaurado, se inauguró el 4 de abril de 1845. Se le dio el nombre de Lethes por el nombre de un mítico río, cuyas aguas tenían el poder mágico para borrar los malos recuerdos. La inscripción latina que tiene en la fachada del edificio, "Monet Oblectando" se podría traducir como "instruir divirtiendo"
En la actualidad este teatro acoge numerosos espectáculos y diferentes eventos durante todo el año.
Banco de Portugal
La sucursal del Banco de Portugal en Faro, es uno de los edificios más notables de la ciudad.
Construido en 1926, está considerado como un ejemplo de la arquitectura historicista o romanticista, con elementos de inspiración morisca en la puerta principal.
Iglesia de Säo Francisco
Iglesia construida en el S. XVII por los hermanos terceiros en un terreno donado por los frailes del convento. En su interior, se destacan los bellos paneles de azulejos, principalmente los azulejos del S. XVIII que revisten las paredes de la capilla mayor y los azulejos de la bóveda, representando la Coronación de la Virgen.
También hay un importante conjunto de pinturas italianas del S. XVIII, con escenas de la vida de San Francisco.
Cemitério dos Judeus (Cementerio de los Judíos)
Es el único vestigio de la próspera comunidad de judíos que se establecieron en Faro a principios del S. XIX. Los judíos huyeron de Portugal para escapar de la Inquisición a final del S. XV. Se establecieron en Faro y formaron una comunidad de 60 familias, que a nivel local era conocida como "la pequeña Jerusalén". Tenían dos sinagogas, que hoy ya no existen.
Y antes de irme de Faro, tenía que visitar su Mercado Municipal:
Y para los amantes del ambiente puro.... la Ria Formosa, zona natural protegida que alberga una gran variedad de especies amenazadas.
Faro es una ciudad milenaria, rica en patrimonio histórico, cultural y natural, que ofrece innumerables oportunidades para los amantes de la naturaleza y para quienes les gusta pasear entre edificios históricos. El centro de la ciudad es un verdadero centro comercial al aire libre, donde al mismo tiempo puedes ir de tiendas, como disfrutar de momentos de convivencia y ocio.
Mamen
"Percorrer Faro é descobrir uma riqueza de património e cultura única"
("Recorrer Faro es decubrir una riqueza de patrimonio y cultura única")
(Turismo de Faro)
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Mamen